“Estos chocolates se hacen tomando en cuenta la salud de los niños. Tienen cero colesterol, cero trans fat (grasa saturada) y el 95% de su manufactura se hace a máquina para evitar el contacto humano, medidas de sanidad”, explica el niño como buen promotor del producto.
Miguelito, quien dijo probar todos los tipos de chocolate Bel –cherry, maní, entre otros–, reconoció que es bien cauteloso a la hora de ingerir dulces, pues hace cinco años le diagnosticaron hipoglucemia, nivel de glucosa en la sangre inferior a la normal. “Mi mamá me controla todo lo que como”, asegura.
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