Calle 13 enloqueció a Palmares

Desde que aparecieron en el escenario, los de Calle 13 advirtieron que ellos hacen música para que su público se divierta… y realmente lo lograron.

Ayer, los puertorriqueños –durante el concierto gratuito que cerró las fiestas cívicas Palmares 2009– no se dejaron nada bajo la manga; es más, se atrevieron a llevar a las 40 mil almas presentes a un encuentro musical donde las irreverentes letras de sus canciones y los alocados saltos y gritos de la multitud hicieron perfecto el encuentro.
Los intérpretes de Se vale todo y Yo soy lava salieron a conquistar el escenario de la explanada de conciertos, pasado cinco minutos de las 2 p. m. Un Residente con el torso al descubierto se hizo acompañar de su inseparable Visitante y una banda que incluía fuertes sonidos de trompetas y una potente voz femenina que se alternó en la mayoría de las melodías.Solo conocido. No hay nadie como tu encabezó el repertorio que incluyó 14 temas pertenecientes a sus tres discos. La cumbia de los aburridos , Beso de desayuno , Suave y El tango del pecado hicieron de esa calurosa tarde, un hervidero de pegajosos ritmos.

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“Esta canción ( Fiesta de locos ) es para volverse locos”, dijo Residente a su público, quienes sumisos ante su ídolo no dejaron de saltar, regar sobre otros sus omnipresentes bebidas alcohólicas o dedicar una que otra estrofa a quienes los acompañaban.
Una hora después, los artistas abandonaron el escenario agradeciendo el momento vivido. Pero, la gente no se inmutó, tal vez porque conscientemente esperaban que el dúo les regalara la oportunidad de escuchar en vivo su canción más exitosa.

Incluso –a petición de uno de los animadores del evento– corearon la ya conocida “ Atrévete-te-te, salte del closet, destápate, quítate el esmalte, que nadie va a retratarte, Street figther… ”
Sin pensarlo, los boricuas regresaron a escena a cantarla; eso sí, luego del tema Electro movimiento (su último lanzamiento). A las 3:30 p. m. se dio por concluido el concierto y, poco a poco, la multitud buscó la salida. Ya a esa hora, el nivel de alcohol de algunos sobrepasaba sus habilidades para caminar, mientras otros apenas iban a empezar la fiesta.