Sin embargo, a pesar de tener una posición estable en la conocida empresa, la vida personal del artista en su hogar no era la mejor.
Con dos años de matrimonio y un bebé, la pareja se divorció debido a “problemas por la falta de comunicación e ignorancia”, recuerda el reguetonero, que poco después fue despedido de su trabajo.
Esta vez le costó más encontrar otro empleo, se vio en la calle, dormía en un automóvil y se aseaba en los restaurantes de comida rápida que encontraba.
En éstas le llegó el invierno y tuvo que agudizar el ingenio para plantarle cara al frío.
Cada noche, sacaba toda la ropa del baúl de su vehículo y se la llevaba a los asientos para abrigarse, pero la mayoría de las veces no era suficiente y el frío acababa quitándole el sueño.
Esa temporada de indigencia se prolongó por más de tres meses y en una ocasión pasó tres días seguidos sin llevarse nada al estómago.
“Estar en la calle es muy fuerte. Es igual que un perro caminando en dos patas”, agregó el intérprete.
Aseguró que en la calle “no hay lugar, tiempo ni noche”.
Un ex compañero lo albergó en su casa y comenzó a ver la luz después del túnel cuando le llegó el primer cheque de mil dólares del desempleo, que utilizó para comenzar a pagar deudas.
Pero por defender al boxeador puertorriqueño Félix “Tito” Trinidad, recuerda, se ganó la antipatía de la gente del barrio, que llegaron a tirotearle el auto.
Aquella fue la gota que colmó el vaso y decidió regresar a Puerto Rico donde rápidamente comenzó su carrera como cantante.
“Todo ocurrió por cosas del destino. Dios tenía un propósito para regresar a mi país”, dijo Alexis.
De su época en la calle, le quedó un sentimiento de comprensión hacia los vagabundos y drogadictos, a los que se acerca a menudo para conversar y tratar de ayudarlos.
“Al que necesite, le doy dinero. Ellos están en la calle porque están enfermos”, indicó.
Sostuvo que gracias a los valores que le inculcaron en su familia de pequeño “no me dieron ganas de matarme” y siempre tuvo esperanza de que “algo bueno ocurriría en el futuro”. Lo que ocurrió cuando inició su carrera. Antes de conocer la fama, el reguetonero Alexis, del dúo Alexis y Fido, lo pasó realmente mal en la calle, vivió una época en su automóvil y hasta pasó tres días sin comer.
Raúl Ortiz, nombre verdadero del artista, recordó a Efe que su odisea comenzó a finales de la década de 1990, cuando junto a su esposa de aquel entonces, decidió mudarse de Puerto Rico a los Estados Unidos buscando mejores oportunidades económicas.
La pareja se estableció en el estado de Pensilvania y un mes después Alexis consiguió trabajo en la compañía de sopas Campbell’s como empaquetador.
Alrededor de seis meses después, y con tan sólo 21 años, fue designado como supervisor de 37 mexicanos, los cuales describió como “los mejores, más humildes y honrados trabajadores” con quienes ha trabajado.
Con dos años de matrimonio y un bebé, la pareja se divorció debido a “problemas por la falta de comunicación e ignorancia”, recuerda el reguetonero, que poco después fue despedido de su trabajo.
Esta vez le costó más encontrar otro empleo, se vio en la calle, dormía en un automóvil y se aseaba en los restaurantes de comida rápida que encontraba.
En éstas le llegó el invierno y tuvo que agudizar el ingenio para plantarle cara al frío.
Cada noche, sacaba toda la ropa del baúl de su vehículo y se la llevaba a los asientos para abrigarse, pero la mayoría de las veces no era suficiente y el frío acababa quitándole el sueño.
Esa temporada de indigencia se prolongó por más de tres meses y en una ocasión pasó tres días seguidos sin llevarse nada al estómago.
“Estar en la calle es muy fuerte. Es igual que un perro caminando en dos patas”, agregó el intérprete.
Aseguró que en la calle “no hay lugar, tiempo ni noche”.
Un ex compañero lo albergó en su casa y comenzó a ver la luz después del túnel cuando le llegó el primer cheque de mil dólares del desempleo, que utilizó para comenzar a pagar deudas.
Pero por defender al boxeador puertorriqueño Félix “Tito” Trinidad, recuerda, se ganó la antipatía de la gente del barrio, que llegaron a tirotearle el auto.
Aquella fue la gota que colmó el vaso y decidió regresar a Puerto Rico donde rápidamente comenzó su carrera como cantante.
“Todo ocurrió por cosas del destino. Dios tenía un propósito para regresar a mi país”, dijo Alexis.
De su época en la calle, le quedó un sentimiento de comprensión hacia los vagabundos y drogadictos, a los que se acerca a menudo para conversar y tratar de ayudarlos.
“Al que necesite, le doy dinero. Ellos están en la calle porque están enfermos”, indicó.
Sostuvo que gracias a los valores que le inculcaron en su familia de pequeño “no me dieron ganas de matarme” y siempre tuvo esperanza de que “algo bueno ocurriría en el futuro”. Lo que ocurrió cuando inició su carrera. Antes de conocer la fama, el reguetonero Alexis, del dúo Alexis y Fido, lo pasó realmente mal en la calle, vivió una época en su automóvil y hasta pasó tres días sin comer.
Raúl Ortiz, nombre verdadero del artista, recordó a Efe que su odisea comenzó a finales de la década de 1990, cuando junto a su esposa de aquel entonces, decidió mudarse de Puerto Rico a los Estados Unidos buscando mejores oportunidades económicas.
La pareja se estableció en el estado de Pensilvania y un mes después Alexis consiguió trabajo en la compañía de sopas Campbell’s como empaquetador.
Alrededor de seis meses después, y con tan sólo 21 años, fue designado como supervisor de 37 mexicanos, los cuales describió como “los mejores, más humildes y honrados trabajadores” con quienes ha trabajado.
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