“Lo que hace feliz al ser humano son las cosas que son gratis y de eso uno se da cuenta cuando puede llegar a tener todo lo que es material”
Daddy Yankee
¿Es indispensable el blin blin para cantar reguetón?
El blin blin no es importante, uno lo lleva porque le gusta. En mi caso, crecí en la cultura del hip hop, viendo a artistas como Run D.M.C., Rakim, Big Daddy Kane, Kool G Rap y LL Cool J. Todos ellos influenciaron mi vida y siempre
tego Calderón lleva una campaña en contra del uso de diamantes, ¿qué opinas sobre eso?
Cada cual tiene sus pensamientos personales y si eso es lo que él cree, pues amén. A mí me gusta llevar el blin blin, pero sé dónde hago las compras para asegurarme de que no estoy apoyando un movimiento de mercado negro.
¿Te sorprendió que entre las cuatro nominaciones que tienes en los Premios Juventud, a parte de la música se te destaca en las categorías de “El Mejor Estilo” y “Está buenísimo”?
(Se ríe) Me preocupo mucho por mi estilo y estoy bien pendiente a la moda, no tan sólo por mi imagen sino por mis negocios. Tengo una línea de tenis y accesorios, así que me mantengo al día con lo que está pasando. Ahora, no me veo como un modelito, esa no es mi prioridad. Para mí eso es graciosísimo, porque no me preocupo por el chuleo.
¿Pero ya debes estar acostumbrado a los halagos de las féminas?
Pues todavía me pasmo, porque soy bien tímido para eso. No me considero un sex symbol ni nada, eso es algo que no está en mí. Si le gusto a alguien es por ser yo mismo
¿Qué cosas extraña Raymond de su vida antes de ser el famoso Daddy Yankee?
Las cosas sencillas... Lo que hace feliz al ser humano son las cosas que son gratis y de eso uno se da cuenta cuando puede llegar a tener todo lo que es material. Eso es lo que uno añora... a veces yo quisiera llevar a los cachorros míos al cine, pero no se puede. Este fue el camino que yo escogí y no me quejo porque logré mi sueño, pero lo que quiero decir es que nunca se puede abarcar todo en la vida. Yo me he adaptado y he aprendido a no esconderme, porque disfruto del cariño que me da la gente. Voy al barrio, me siento con mis panas y ahí la paso bien. Encerrado sí que no puedo vivir, yo tengo que estar en contacto con la gente.
¿Alguno de tus hijos (tiene tres adolescentes) heredó tu vena artística?
Hay una que tiene una voz... pero yo espero que no sea artista. Ellos van a tener mi apoyo en lo que sea, pero le pido a Dios que no me los ponga en este camino, porque es bien fuerte. Les digo que estudien, porque la música es un golpe de suerte, les aconsejo que aseguren su futuro, que es lo más importante.
¿Qué es lo más increíble que te ha sucedido en el plano profesional?
Cuando recibí la revista Times, que vi a Daddy Yankee entre las 100 personalidades más influyentes, eso fue un impacto grande para mí. Cuando uno está en el medio del huracán, trabajando, uno no se da cuenta de lo que está pasando o de la manera que uno influye y cuando recibes cosas como esa es que te das cuenta de que estás haciendo las cosas como Dios quiere que las hagas.
¿Eso es lo que te motiva a hacer trabajo social, como la recién creada Fundación Corazón Guerrero?
Claro que sí. Yo soy un corazón guerrero y por eso me identifico con los jóvenes a los que voy a ayudar. Nunca fui preso ni perdí la vida porque Dios me protegió. Él me puso una coraza divina dentro del ambiente en que yo crecí, para que llegara hasta donde estoy hoy. Pero reconozco que en algún momento de mi vida tuve mis errores y tropiezos. Que los pude enmendar y seguir adelante, pues bien... Ahora yo quiero darle una esperanza de cambio a esos jóvenes que han cometido errores en sus vidas. Si yo cambié, ellos pueden cambiar también.
En agenda tienes un concierto, la grabación de tu nuevo vídeo, la premiación, los negocios, ¿con tanta responsabilidad, logras dormir bien?
Sinceramente no. Te miento si te digo que duermo lo que debería y el doctor me advirtió que tengo que descansar, pero mi mente no para de pensar. He tenido que ir aprendiendo a soltar carga porque cada día trae su afán. Con el susto que pasé recientemente -cuando se desmayó y tuvo que ser hospitalizado- he tratado de aumentar mis horas de sueño. Antes dormía tres horas diarias y ahora trato de dormir cinco... bueno estoy mejorando.
¿Entonces el susto no fue tan grande?
Sí, me ayudó a establecer prioridades en mi vida. Comprendí que primero me tengo que satisfacer yo como persona para luego satisfacer a los demás y que la salud es primero, porque sin eso no hay productividad. Estoy entrenando, corriendo y haciendo todo por el libro para prepararme para la gira, porque es fuerte lo que viene.
¿Qué nos puedes adelantar del concierto el 25 de agosto en el Coliseo José Miguel Agrelot?
Es un concierto de trayectoria, desde los tiempos de playero y el ‘underground’, hasta el nuevo disco “The Big Boss”. A mí me encanta crear un entretenimiento completo, musical y visual, así que vamos a convertir el Choliseo en otra cosa. Lo que tenemos preparado es sorpresa tras sorpresa. Espero tener a Héctor “El Father” y a Joel & Randy, pero hay que corroborar las agendas de cada cual.
¿Crees que tienes más amigos que enemigos dentro del género del reguetón?
Estoy claro de que en la unión está la fuerza, pero lamentablemente, donde hay dinero envuelto y el ego, pues siempre van a haber diferencias. Eso no es cuestión de un género musical, es parte de la historia del hombre. Siempre he estado abierto para colaborar con todo el mundo, soy proactivo apoyando a mis colegas, así que creo que tengo más amigos que enemigos en el género. Los que tienen diferencias con el Daddy es porque quieren la posición del Daddy.
¿Eres pacífico, pero te defiendes muy bien?
Lo cortés no quita lo valiente ni la humildad camina con la cobardía. Eso yo lo aprendí dentro del barrio, no porque tú seas una buena persona quiere decir que no eres capaz de defenderte. Daddy Yankee deja al descubierto al joven creativo, al hombre de negocios y al papá que hay detrás de su imagen.
Se encienden las luces en el estudio de fotografía y Daddy Yankee es el centro de atención. El artista se mueve cómodo y con actitud frente a la cámara, sin apenas recibir instrucciones. Advierte que no le gustan las poses de “modelito” de revista.
Sin duda, “El Cangri” está bien claro de la imagen que quiere llevar a su público. Pero cuando se aparta del lente y se sienta a hablar, se desdibuja el rostro de guapetón de barrio. Poco a poco se va descubriendo al joven creativo, al hombre de negocios, al papá y al final los quilates del corazón de Raymond Ayala opacan el brillo de sus joyas.
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