Acto seguido, los sonidos y los bailes típicos de India llenaron el lugar como transición a “Jaleo”, en la que el cantante reapareció tocando el timbal y bailando la capoeira brasileña, una actividad que, ha confesado, practica habitualmente.
Tras “Vuelve”, saludó a su público y prometió “dejar el alma en el escenario” entregando “todas sus vivencias”.
Comenzaba así una parte más íntima del recital entonando “Gracias por pensar en mí”, “Fuego de noche, nieve de día” y “She’s all I ever had”.
Después del estilo rockero de “Revolución”, “It’s Alright” y “Livin’ la vida loca”, se proyectaron fotografías de sus viajes de ayuda humanitaria, mientras cantaba “Somos la semilla”. Regresó con “Asignatura pendiente”, “Lola, Lola”, “La bomba” y “La copa de la vida”, “Tal vez” y “Tu recuerdo”.
Como los polos opuestos del “Blanco y negro”, que da nombre a su gira, Ricky Martin llevó el sábado al público de Madrid a un viaje por toda su carrera.
Así logró mezclar perfectamente la explosividad de “La copa de la vida” con la espiritualidad de “Somos la semilla”, tema con el que cerró su espectáculo en la capital de España al tiempo que clamó por “un cambio”, según reportó EFE.
El artista apareció en el Palacio de los Deportes de Madrid en medio del símbolo de la paz que adornaba el suelo del escenario. Entre el griterío de sus seguidores, comenzaron los primeros compases de “Pégate”, para el que se acompañó de nueve bailarines.
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