En el escenario, Tito el Bambino no le teme a las locuras. ”Si se me raja la cabeza por tirarme al público, voy a estar feliz. Me gusta brincar y hacer cosas que quizás a otros les dé miedo. Cuando el público va a ver mi show tiene que salir alegre’‘, comenta el reggaetonero puertorriqueño en entrevista telefónica desde la isla, en medio de las grabaciones de su tercer disco, El patrón, que lanzará en noviembre.
El primer sencillo, Vamos pal agua, que salió a principios del verano, es un ejemplo del ”vacilón” al que invita el artista. El video, filmado en Cartagena, Colombia, capta la atmósfera de las playas del Caribe: chicas curvilíneas en minibikinis, cocteles en colores de neón, tablas de surfing, motos de agua y una muchacha que bebe agua de un coco.
”Como todas las noticias que se escuchan últimamente son negativas, yo quería hacer un tema refrescante”, opina Tito, que con tanto trabajo tiene muy poco tiempo para disfrutar de la belleza de las playas de su país. ‘‘Lo que quiero hacer es meterme en el agua”, comenta, seguro de que muchos se pueden identificar con la canción.
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Los agradables recuerdos de infancia vividos junto a su familia en Seven Seas, una playa de Fajardo, lo inspiraron a la hora de componer Vamos pal agua. ”Nos íbamos de camping y pasábamos 10 días comiendo pollo a la barbacoa”, recuerda el artista, quien por momentos se escucha como el niño de Carolina a quien sus hermanas de cariño llamaban “Tito”.
‘En Puerto Rico decías `Tito’ y 12 levantaban la mano en el salón”, comenta el intérprete, cuyo verdadero nombre es Efraín David Fines Nevárez. ”El Bambino” se lo añadió en 1996; fue idea de un locutor que trasmitía en vivo desde una discoteca la música entonces un poco underground del reggaetón.
‘Como eres el más chiquito, por qué no te llamas `El Bambino’ ”, cuenta Tito que le sugirió el locutor. El nombre artístico vino de maravillas con “la moda de nombres italianos”.
‘Yankee se llamaba Yankee `Luciano’. Eramos una mafia musical”, dice divertido, recordando el mote que había asumido Daddy Yankee.
Más de una década después y dos discos en su haber: Top of the Line (2006) y It’s My Time (2007) –éste vendió 400 mil copias y se mantuvo en primer lugar durante 20 semanas–, se puede decir que Tito el Bambino “ha crecido”.
Sus canciones no tienen ese tono agresivo contra la mujer e incluso algunas se pueden catalogar de ”románticas”, como La busco (con Toby Love), en la que se duele de la frialdad con que lo trata su novia.
‘Antes tenías que ser vulgar. Hoy la comunidad nos acepta sin tener que hablar `malo’ ”, reconoce el intérprete de 26 años. ‘He crecido como ser humano, como padre, como hijo, y todo eso lo he integrado a mi música. Del mismo modo que he cambiado, así fue `creciendo’ mi música y también mi público. Hoy hacemos canciones que puede escuchar el abuelo, el papá y el niño”.
Esta transformación se refleja en el título de su nuevo disco, al que bautizó tratando de “llamar la atención, pero sin ofender”.
‘Busqué el significado de la palabra `patrón’, y me gusta que una de las cosas que quiere decir es ‘líder, defensor’. Entiendo que siempre he sido un líder, por representar mi música con estilo; también un defensor, porque desde que empecé a cantar con apenas 11 años siempre tuve fe en que podía hacer algo grande dentro de la música, y la he defendido contra viento y marea”.
El patrón mezclará reggaetón con elementos electrónicos, respetando los clásicos del género y a la vez buscando una evolución. ”Yo soy la cabeza, pero es un trabajo de equipo”, comenta Tito, que siempre se guía por su intuición.
A contrapelo de las advertencias de muchos de sus colaboradores, el artista decidió presentarse en los Premios Juventud el pasado 17 de julio vistiendo una chaqueta de cuero, jeans, tenis y lentes de sol. ”Vas a salir en los peor vestidos”, le auguraron algunos pensando: ¡con cuero en pleno verano!
Al otro día de la ceremonia, Tito el Bambino fue considerado uno de los más elegantes de la música urbana. Es ese buen olfato para la moda y para los negocios el que le ha dado popularidad a su línea de ropa, T. Bambino, que en noviembre estrenará una colección para niños.
‘Va a tener la inocencia de los niños y la `calle’ de los adultos”, describe Tito, cuya hija tiene 10 años.
‘No soy `aparentón’ ”, concluye el artista, que asegura que en su vida privada prefiere la humildad.
El primer sencillo, Vamos pal agua, que salió a principios del verano, es un ejemplo del ”vacilón” al que invita el artista. El video, filmado en Cartagena, Colombia, capta la atmósfera de las playas del Caribe: chicas curvilíneas en minibikinis, cocteles en colores de neón, tablas de surfing, motos de agua y una muchacha que bebe agua de un coco.
”Como todas las noticias que se escuchan últimamente son negativas, yo quería hacer un tema refrescante”, opina Tito, que con tanto trabajo tiene muy poco tiempo para disfrutar de la belleza de las playas de su país. ‘‘Lo que quiero hacer es meterme en el agua”, comenta, seguro de que muchos se pueden identificar con la canción.
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Los agradables recuerdos de infancia vividos junto a su familia en Seven Seas, una playa de Fajardo, lo inspiraron a la hora de componer Vamos pal agua. ”Nos íbamos de camping y pasábamos 10 días comiendo pollo a la barbacoa”, recuerda el artista, quien por momentos se escucha como el niño de Carolina a quien sus hermanas de cariño llamaban “Tito”.
‘En Puerto Rico decías `Tito’ y 12 levantaban la mano en el salón”, comenta el intérprete, cuyo verdadero nombre es Efraín David Fines Nevárez. ”El Bambino” se lo añadió en 1996; fue idea de un locutor que trasmitía en vivo desde una discoteca la música entonces un poco underground del reggaetón.
‘Como eres el más chiquito, por qué no te llamas `El Bambino’ ”, cuenta Tito que le sugirió el locutor. El nombre artístico vino de maravillas con “la moda de nombres italianos”.
‘Yankee se llamaba Yankee `Luciano’. Eramos una mafia musical”, dice divertido, recordando el mote que había asumido Daddy Yankee.
Más de una década después y dos discos en su haber: Top of the Line (2006) y It’s My Time (2007) –éste vendió 400 mil copias y se mantuvo en primer lugar durante 20 semanas–, se puede decir que Tito el Bambino “ha crecido”.
Sus canciones no tienen ese tono agresivo contra la mujer e incluso algunas se pueden catalogar de ”románticas”, como La busco (con Toby Love), en la que se duele de la frialdad con que lo trata su novia.
‘Antes tenías que ser vulgar. Hoy la comunidad nos acepta sin tener que hablar `malo’ ”, reconoce el intérprete de 26 años. ‘He crecido como ser humano, como padre, como hijo, y todo eso lo he integrado a mi música. Del mismo modo que he cambiado, así fue `creciendo’ mi música y también mi público. Hoy hacemos canciones que puede escuchar el abuelo, el papá y el niño”.
Esta transformación se refleja en el título de su nuevo disco, al que bautizó tratando de “llamar la atención, pero sin ofender”.
‘Busqué el significado de la palabra `patrón’, y me gusta que una de las cosas que quiere decir es ‘líder, defensor’. Entiendo que siempre he sido un líder, por representar mi música con estilo; también un defensor, porque desde que empecé a cantar con apenas 11 años siempre tuve fe en que podía hacer algo grande dentro de la música, y la he defendido contra viento y marea”.
El patrón mezclará reggaetón con elementos electrónicos, respetando los clásicos del género y a la vez buscando una evolución. ”Yo soy la cabeza, pero es un trabajo de equipo”, comenta Tito, que siempre se guía por su intuición.
A contrapelo de las advertencias de muchos de sus colaboradores, el artista decidió presentarse en los Premios Juventud el pasado 17 de julio vistiendo una chaqueta de cuero, jeans, tenis y lentes de sol. ”Vas a salir en los peor vestidos”, le auguraron algunos pensando: ¡con cuero en pleno verano!
Al otro día de la ceremonia, Tito el Bambino fue considerado uno de los más elegantes de la música urbana. Es ese buen olfato para la moda y para los negocios el que le ha dado popularidad a su línea de ropa, T. Bambino, que en noviembre estrenará una colección para niños.
‘Va a tener la inocencia de los niños y la `calle’ de los adultos”, describe Tito, cuya hija tiene 10 años.
‘No soy `aparentón’ ”, concluye el artista, que asegura que en su vida privada prefiere la humildad.
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