El grupo soporte que lo antecedió, Proclamación, dirigido por el uruguayo Beto Sánchez, debió apurar su show porque todos querían ver a Vico C cuanto antes, y lo expresaban con cánticos, en una noche inolvidable que todos disfrutaron sanamente.
El vocalista ofreció su espectáculo donde los puntos centrales fueron el respeto que relatan sus historias y el mensaje gratificante y de antiviolencia de sus letras, en las que se puntualizan los conflictos cotidianos de pareja, buscando la comprensión y el pensamiento en Dios, al que invoca en todo momento. Demostró que no es necesario ser vulgar u ordinario para ser considerado vanguardista de un estilo.
En la situación cotidiana e íntima de las personas, está la esencia del mensaje de Vico C, acompañado de una excelente producción de su banda musical.
Tiene un carisma personal y un dominio del escenario propio, de los que saben hacer muy bien su trabajo. Y lo demostró una vez más.
Vico C en la Argentina entusiasmó a grandes y chicos, hizo bailar y cantar a niños, adolescentes, a padres y abuelos.
Lo que muestra allí arriba de la tarima, mueve a los espectadores a participar activamente, como si se estuviera en una fiesta familiar en donde todos se divierten y piensan positivo.
“Como artista y como creyente, la presencia de todos ustedes eleva mi autoestima. Y quiero aclararles que si se trata de servir a alguien con mi música, le sirvo a Dios y al mercado cristiano”, enfatizó, en medio de su concierto.
El intenso despliegue de Vico C en su show lo hizo transpirar demasiado, bebiendo agua de botellas plásticas, las que utilizó de breves duchas, para después arrojárselas al público que anhelaba llevarse alguna de recuerdo.
Su manager, Joan Cardona, nos advirtió que Vico C estaba superando un estado gripal muy fuerte, pero que la actuación le servía para olvidar cualquier problema físico. “Es un artista que entrega todo a su público, al que responde superando cualquier inconveniente”, agregó.
La banda musical, insistimos, resultó muy efectiva, destacándose los instrumentos de viento, para secundar a la perfección la tarea del artista “pionero” del rap.
Omar Vivone (batería), Jovani Rivera (percusión menor), Juan Covarrubias (teclado), Alejandro Loboy (bajo), Nelson Colón (trombón), Abdiel Díaz (trompeta), Carlos de Jesús (guitarra y director musical) más el coro compuesto por la argentina Jaqueline Escandarani y el gigantesco Nak, tuvieron una impecable participación.
Sólo Vico C, sus músicos, y apenas cuatro pantallas gigantes para ofrecer una visión detallada de sus movimientos hacia los que ocupaban los estrados más altos del teatro al aire libre, fueron suficientes. Sin más agregados técnicos para sustentar su talento.
Al finalizar su actuación de casi dos horas, el cantante dijo a la gente: “Saben que los quiero como si los hubiese parido. ¡Qué Dios los bendiga!”
Fue una velada musical de la más pura esencia del rap, hip- hop, o reguetón, cataloguen los géneros musicales de su repertorio como se quiera. Vico C tuvo un nuevo y exitoso paso por la Argentina. Buenos Aires- La cita para el show de Vico C fue en el Parque de la Ciudad, un mini (muy mini) Disney World del subdesarrollo argentino, ubicado en la localidad de Tigre, frente al comienzo del Delta del Río de la Plata.
“El Filósofo del Rap” demostró desde la tarima del estadio que en la Argentina tiene a un público, su gente, que lo acompaña de manera incondicional, ya sea católica, cristiana, atea o comoquiera clasificársela según sus creencias religiosas o filosofía de vida.
El vocalista ofreció su espectáculo donde los puntos centrales fueron el respeto que relatan sus historias y el mensaje gratificante y de antiviolencia de sus letras, en las que se puntualizan los conflictos cotidianos de pareja, buscando la comprensión y el pensamiento en Dios, al que invoca en todo momento. Demostró que no es necesario ser vulgar u ordinario para ser considerado vanguardista de un estilo.
En la situación cotidiana e íntima de las personas, está la esencia del mensaje de Vico C, acompañado de una excelente producción de su banda musical.
Tiene un carisma personal y un dominio del escenario propio, de los que saben hacer muy bien su trabajo. Y lo demostró una vez más.
Vico C en la Argentina entusiasmó a grandes y chicos, hizo bailar y cantar a niños, adolescentes, a padres y abuelos.
Lo que muestra allí arriba de la tarima, mueve a los espectadores a participar activamente, como si se estuviera en una fiesta familiar en donde todos se divierten y piensan positivo.
“Como artista y como creyente, la presencia de todos ustedes eleva mi autoestima. Y quiero aclararles que si se trata de servir a alguien con mi música, le sirvo a Dios y al mercado cristiano”, enfatizó, en medio de su concierto.
El intenso despliegue de Vico C en su show lo hizo transpirar demasiado, bebiendo agua de botellas plásticas, las que utilizó de breves duchas, para después arrojárselas al público que anhelaba llevarse alguna de recuerdo.
Su manager, Joan Cardona, nos advirtió que Vico C estaba superando un estado gripal muy fuerte, pero que la actuación le servía para olvidar cualquier problema físico. “Es un artista que entrega todo a su público, al que responde superando cualquier inconveniente”, agregó.
La banda musical, insistimos, resultó muy efectiva, destacándose los instrumentos de viento, para secundar a la perfección la tarea del artista “pionero” del rap.
Omar Vivone (batería), Jovani Rivera (percusión menor), Juan Covarrubias (teclado), Alejandro Loboy (bajo), Nelson Colón (trombón), Abdiel Díaz (trompeta), Carlos de Jesús (guitarra y director musical) más el coro compuesto por la argentina Jaqueline Escandarani y el gigantesco Nak, tuvieron una impecable participación.
Sólo Vico C, sus músicos, y apenas cuatro pantallas gigantes para ofrecer una visión detallada de sus movimientos hacia los que ocupaban los estrados más altos del teatro al aire libre, fueron suficientes. Sin más agregados técnicos para sustentar su talento.
Al finalizar su actuación de casi dos horas, el cantante dijo a la gente: “Saben que los quiero como si los hubiese parido. ¡Qué Dios los bendiga!”
Fue una velada musical de la más pura esencia del rap, hip- hop, o reguetón, cataloguen los géneros musicales de su repertorio como se quiera. Vico C tuvo un nuevo y exitoso paso por la Argentina. Buenos Aires- La cita para el show de Vico C fue en el Parque de la Ciudad, un mini (muy mini) Disney World del subdesarrollo argentino, ubicado en la localidad de Tigre, frente al comienzo del Delta del Río de la Plata.
“El Filósofo del Rap” demostró desde la tarima del estadio que en la Argentina tiene a un público, su gente, que lo acompaña de manera incondicional, ya sea católica, cristiana, atea o comoquiera clasificársela según sus creencias religiosas o filosofía de vida.
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