Tego Calderón se presentará en esta ciudad durante un festival artístico, al aire libre, junto a otros conjuntos, y allí mostrará al gran público porteño todo lo que sabe, puede y hace.
Una charla exclusiva en el hotel donde se hospeda el exponente permitió observar a una persona reflexiva, sin cambios de tonos, segura de sí misma y convencida de que éste es un gran momento de su carrera y de su vida.
“Estoy feliz, soy alguien quien piensa en su familia y que trabaja para que ella esté bien. Y como trabajo no me falta, más no puedo pedir. Los sueños se me van cumpliendo”, reflexiona. Y está bueno eso, porque a la mayoría de los seres humanos, son pocos los sueños que se le cumplen. Gran parte de ellos, se roncan.
Cuando le informamos que “El Filósofo del Rap” se presentará aquí la próxima semana, expresa que “Vico C es el padre de todos nosotros, es el pionero del rap en español. Yo lo respeto muchísimo. Aprendimos todos de él…”
Ni muy contento de estar en esta maravillosa Argentina, ni me gusta el tango, ni escucho mucho a Gardel o mi ídolo es Maradona. Sentados junto a una mesa de café, la charla es sin lugares comunes:
¿Qué sientes que significas para el reguetón?
- Como digo que Vico C es el pionero del rap, sostengo que si bien yo no soy el pionero del reguetón, a través de mi disco “El Abayarde” el reguetón se internacionalizó. Eso lo sabe todo el mundo.
El éxito de “El Abayarde” te permitió ingresar en el gran mundo del negocio musical. ¿Esto provocó que tu mensaje perdiera esencia?
- Mira, es como cuando uno se casa enamorado, pero sabiendo que algún día van a comenzar las peleas. Resulta imposible querer ser exitoso y no caer en formar parte del negocio. Por ejemplo, una disquera no me va a apoyar si yo decidiera no hablar con la prensa. Pero lo hago con gusto y es por eso que ahora estoy aquí, charlando de cosas que se publicarán en mi país. Pero estar en el negocio, no hace que cambie mi manera de pensar, ni tampoco que cambien mis valores.
¿Y cuáles son tus valores?
- Trato de hacer una música honesta y genuina. En mi música expreso lo que siento, lo que quiero decir, y nadie me lo impide.
En “El Abayarde contra-ataca”, nominado al Grammy, ofreces un tono más festivo a tu música. ¿Es así?
- Puede ser, pero no lo hice por divertir a la gente. Lo hice por cómo me siento. Me casé, tengo tres hijos y cuando escribí esto, me sentí alegre, muy alegre. Y eso es lo que quise expresar. Pero también hay crítica social. Yo soy un compositor que tiene emociones, que depende de cómo se siente en el proceso creativo.
Si veo en un escaparate discompactos de Don Omar, Calle 13 o Daddy Yankee, ¿cuál de ellos me recomendarías que compre?
- Yo diría que esperaras a que apareciera un tipo que se llama Tego Calderón.
¿Qué es ser puertorriqueño?
- Es una persona orgullosa de su país, de su bandera, de sus artistas, de su música; una persona que se pone muy feliz cuando en un evento deportivo ve su bandera en lo alto. Pero el puertorriqueño es contradictorio políticamente. Algunos desean la anexión con los americanos, otros desean que sigamos la colonia como está, como Estado Libre y Asociado y otros quieren el independentismo. Así somos como pueblo, patriotas a nuestra manera.
¿Y tú que quieres?
- En principio yo no creo en políticos, ni en los partidos. Tengo un sentimiento muy propio, el que me reservo. Sólo tienen que oír mis canciones para saber cuál es.
¿Cómo ves a la prensa puertorriqueña, que tal vez le da más espacio a lo que le sucede a una Miss Universo que a ciertos problemas sociales?
- Ésas son líneas muy finas para que yo las analice. Me gustaría tocarlas, pero en este caso me abstengo a contestar.
¿Para qué sirve la cárcel?
- Todo depende a quien tú pongas en la cárcel. Hay gente que tú la puedes poner y le resulta beneficioso. Y hay gente a la que le puede resultar letal, o contraproducente.
¿A ti de qué te ha servido la cárcel?
- Me sirvió para recapacitar.
¿De qué te arrepientes?
- De nada. No arreglas nada con arrepentirte, lo que sirve es aprender de los errores y de no volverlos a cometer.
¿Crees en Dios?
- Siempre he creído en Dios. Pienso que está dentro de cada persona y que se quiera hacer el bien a los demás. No soy creyente del que está en la iglesia, ni tampoco que sea un pastor. A mí me choca mucho que Dios murió en una cruz y que se adore a esa cruz con Dios clavado allí y que muchos la lleven en un colgante. Entonces, si a Dios lo hubieran matado con una pistola nueve milímetros… ¿tendríamos una pistola nueve milímetros en el cuello?...
A Tegui Calderón Rosario le dicen Tego, y es mucho más que un reguetonero.
No tiene la personalidad avasalladora de Don Omar, ni la imagen irreverente de los integrantes de Calle 13, como tampoco la infinita sabiduría de Vico C.
Todos ellos, visitantes este año en Argentina, son viajeros antecesores de Tego Calderón en este desfile de reguetoneros puertorriqueños que apuntan con firmeza a su estilo musical.
Es la primera vez que Tego está en Buenos Aires. Salvo el conocimiento de los entendidos, aún no es popular en esta tierra. Pero trabaja para serlo.
Una charla exclusiva en el hotel donde se hospeda el exponente permitió observar a una persona reflexiva, sin cambios de tonos, segura de sí misma y convencida de que éste es un gran momento de su carrera y de su vida.
“Estoy feliz, soy alguien quien piensa en su familia y que trabaja para que ella esté bien. Y como trabajo no me falta, más no puedo pedir. Los sueños se me van cumpliendo”, reflexiona. Y está bueno eso, porque a la mayoría de los seres humanos, son pocos los sueños que se le cumplen. Gran parte de ellos, se roncan.
Cuando le informamos que “El Filósofo del Rap” se presentará aquí la próxima semana, expresa que “Vico C es el padre de todos nosotros, es el pionero del rap en español. Yo lo respeto muchísimo. Aprendimos todos de él…”
Ni muy contento de estar en esta maravillosa Argentina, ni me gusta el tango, ni escucho mucho a Gardel o mi ídolo es Maradona. Sentados junto a una mesa de café, la charla es sin lugares comunes:
¿Qué sientes que significas para el reguetón?
- Como digo que Vico C es el pionero del rap, sostengo que si bien yo no soy el pionero del reguetón, a través de mi disco “El Abayarde” el reguetón se internacionalizó. Eso lo sabe todo el mundo.
El éxito de “El Abayarde” te permitió ingresar en el gran mundo del negocio musical. ¿Esto provocó que tu mensaje perdiera esencia?
- Mira, es como cuando uno se casa enamorado, pero sabiendo que algún día van a comenzar las peleas. Resulta imposible querer ser exitoso y no caer en formar parte del negocio. Por ejemplo, una disquera no me va a apoyar si yo decidiera no hablar con la prensa. Pero lo hago con gusto y es por eso que ahora estoy aquí, charlando de cosas que se publicarán en mi país. Pero estar en el negocio, no hace que cambie mi manera de pensar, ni tampoco que cambien mis valores.
¿Y cuáles son tus valores?
- Trato de hacer una música honesta y genuina. En mi música expreso lo que siento, lo que quiero decir, y nadie me lo impide.
En “El Abayarde contra-ataca”, nominado al Grammy, ofreces un tono más festivo a tu música. ¿Es así?
- Puede ser, pero no lo hice por divertir a la gente. Lo hice por cómo me siento. Me casé, tengo tres hijos y cuando escribí esto, me sentí alegre, muy alegre. Y eso es lo que quise expresar. Pero también hay crítica social. Yo soy un compositor que tiene emociones, que depende de cómo se siente en el proceso creativo.
Si veo en un escaparate discompactos de Don Omar, Calle 13 o Daddy Yankee, ¿cuál de ellos me recomendarías que compre?
- Yo diría que esperaras a que apareciera un tipo que se llama Tego Calderón.
¿Qué es ser puertorriqueño?
- Es una persona orgullosa de su país, de su bandera, de sus artistas, de su música; una persona que se pone muy feliz cuando en un evento deportivo ve su bandera en lo alto. Pero el puertorriqueño es contradictorio políticamente. Algunos desean la anexión con los americanos, otros desean que sigamos la colonia como está, como Estado Libre y Asociado y otros quieren el independentismo. Así somos como pueblo, patriotas a nuestra manera.
¿Y tú que quieres?
- En principio yo no creo en políticos, ni en los partidos. Tengo un sentimiento muy propio, el que me reservo. Sólo tienen que oír mis canciones para saber cuál es.
¿Cómo ves a la prensa puertorriqueña, que tal vez le da más espacio a lo que le sucede a una Miss Universo que a ciertos problemas sociales?
- Ésas son líneas muy finas para que yo las analice. Me gustaría tocarlas, pero en este caso me abstengo a contestar.
¿Para qué sirve la cárcel?
- Todo depende a quien tú pongas en la cárcel. Hay gente que tú la puedes poner y le resulta beneficioso. Y hay gente a la que le puede resultar letal, o contraproducente.
¿A ti de qué te ha servido la cárcel?
- Me sirvió para recapacitar.
¿De qué te arrepientes?
- De nada. No arreglas nada con arrepentirte, lo que sirve es aprender de los errores y de no volverlos a cometer.
¿Crees en Dios?
- Siempre he creído en Dios. Pienso que está dentro de cada persona y que se quiera hacer el bien a los demás. No soy creyente del que está en la iglesia, ni tampoco que sea un pastor. A mí me choca mucho que Dios murió en una cruz y que se adore a esa cruz con Dios clavado allí y que muchos la lleven en un colgante. Entonces, si a Dios lo hubieran matado con una pistola nueve milímetros… ¿tendríamos una pistola nueve milímetros en el cuello?...
A Tegui Calderón Rosario le dicen Tego, y es mucho más que un reguetonero.
No tiene la personalidad avasalladora de Don Omar, ni la imagen irreverente de los integrantes de Calle 13, como tampoco la infinita sabiduría de Vico C.
Todos ellos, visitantes este año en Argentina, son viajeros antecesores de Tego Calderón en este desfile de reguetoneros puertorriqueños que apuntan con firmeza a su estilo musical.
Es la primera vez que Tego está en Buenos Aires. Salvo el conocimiento de los entendidos, aún no es popular en esta tierra. Pero trabaja para serlo.
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