Con ese afro y ese tumbao y esa voz inusual y original, Tego Calderón afirma que “yo no soy un reggaetonero de tiempo completo. Cuando este boom arrancó, unos bobos en Puerto Rico copiaban todo lo que ocurría en Panamá. En esa etapa, te estoy hablando de hace diez años, yo hacía rap y hip-hop; no quería entrar en ese terreno, pero la necesidad me llevó a ello. El reggaetón era lo que todo el mundo quería y yo necesitaba llevar dinero a casa para alimentar a mis hijos. Hoy me da igual que la gente piense que traicioné mis principios musicales por el dinero. Creo que mi llegada a este género le dio un aire. Supe agregarle letra y lírica y a partir de hoy se me conoce como un miembro más de este grupo de artistas. Mis fanáticos me llaman el rey del reggaetón y no me disgusta, pero ante todo soy un cantante urbano, que quiere grabar salsa, reggae, dance hall …”
SIN PELOS EN LA LENGUA
Si hay algo que sorprende de este artista es su sinceridad. Él nunca evade una pregunta, y cuando se le interroga acerca de su tormentosa relación con su anterior esposa, él responde que en su pasado disco le compuso una canción donde le dice lo mala que es, “porque quiso labrar una imagen de mí a mi nena que no se corresponde con la realidad. Sé que esa letra es muy fuerte. Muchas mujeres que se me acercan me dicen: ‘Tego, te juro que yo no desearía nunca que mi esposo me compusiera una canción así’. Lo hice porque le lavó la mente a mi niña. Más adelante mi pequeña lo escuchará y dirá: mi madre fue una cabrona. Ahí quedó el tema y lo hice en un momento de rabia, de odio, de dolor. No es justo que alguien te arranque el cariño de tu hija cuando uno ha sido buen padre”.
Hay un episodio que todo el mundo recuerda de Tego y fue el día en que mandó a freír espárragos al rey Midas del hip-hop: Puff Daddy. Sobre este tema el artista comenta: “Sí, quiso que fuera la imagen de su ropa a cambio de nada. Como si uno fuera un pelele. Puede tener mucho dinero, pero uno tiene que hacerse respetar”.
Ese es el Tego que el público quiere. Su sinceridad es muchas veces extrema, pero ahí radica su éxito. Cuando un disco suyo es lanzado, todo el mundo a temblar, porque la voz del pueblo llegó. No le gusta que le llamen el ‘rey del reggaetón’ “porque no lo soy”, dice. “Me considero un músico con vivencias, de la calle, que ha sabido estar en un momento en el que la música pedía a gritos un género con lírica y que se pudiera bailar”.
Así de abierto y sincero es Tego Calderón, El Abayarde, ese ser que todo el mundo considera como el Bob Marley del género urbano, pero que él no acepta, “porque Bob Marley fue un grande, yo sólo soy un artista que intenta un espacio musical en este mundo”.
SIN PELOS EN LA LENGUA
Si hay algo que sorprende de este artista es su sinceridad. Él nunca evade una pregunta, y cuando se le interroga acerca de su tormentosa relación con su anterior esposa, él responde que en su pasado disco le compuso una canción donde le dice lo mala que es, “porque quiso labrar una imagen de mí a mi nena que no se corresponde con la realidad. Sé que esa letra es muy fuerte. Muchas mujeres que se me acercan me dicen: ‘Tego, te juro que yo no desearía nunca que mi esposo me compusiera una canción así’. Lo hice porque le lavó la mente a mi niña. Más adelante mi pequeña lo escuchará y dirá: mi madre fue una cabrona. Ahí quedó el tema y lo hice en un momento de rabia, de odio, de dolor. No es justo que alguien te arranque el cariño de tu hija cuando uno ha sido buen padre”.
Hay un episodio que todo el mundo recuerda de Tego y fue el día en que mandó a freír espárragos al rey Midas del hip-hop: Puff Daddy. Sobre este tema el artista comenta: “Sí, quiso que fuera la imagen de su ropa a cambio de nada. Como si uno fuera un pelele. Puede tener mucho dinero, pero uno tiene que hacerse respetar”.
Ese es el Tego que el público quiere. Su sinceridad es muchas veces extrema, pero ahí radica su éxito. Cuando un disco suyo es lanzado, todo el mundo a temblar, porque la voz del pueblo llegó. No le gusta que le llamen el ‘rey del reggaetón’ “porque no lo soy”, dice. “Me considero un músico con vivencias, de la calle, que ha sabido estar en un momento en el que la música pedía a gritos un género con lírica y que se pudiera bailar”.
Así de abierto y sincero es Tego Calderón, El Abayarde, ese ser que todo el mundo considera como el Bob Marley del género urbano, pero que él no acepta, “porque Bob Marley fue un grande, yo sólo soy un artista que intenta un espacio musical en este mundo”.
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